Tu Pasión es tu Trabajo


“Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito.” “No hagas nada por obligación, ni por compromiso, sino por amor.” “Quien no ama su trabajo, aunque trabaje todo el día es un desocupado”. Facundo Cabral



Frases de un gran maestro del arte de vivir, que nos recuerdan que el trabajo no debe ser un sacrificio, sino una expresión de nuestra capacidad creativa para jugar con la energía y darle expresión tangible en nuestra vida cotidiana. El trabajo nos permite sentirnos dueños y soberanos de nuestras vidas. Muchas veces he citado al maestro trovador cuando algún paciente enfrentaba dudas en cuanto a cambiar de carrera o de actividad laboral, sin embargo ¿qué pasa cuando citamos este tipo de frases en el contexto de la emigración forzada de tantos venezolanos? O aún sin salir de su país, ¿cuándo se ha tenido que cerrar fábricas, negocios, fincas o simplemente no hay fuentes de trabajo para tu profesión? Mas aún ¿cómo se afronta cuando eres un joven apenas iniciando la vida laboral o cuando ya has recorrido un largo camino y estabas disfrutando de esa cómoda meseta del reconocimiento de tu experticia en algún campo?

No sólo se deja atrás el terreno productivo conocido, que tal vez era tu pasión, sino también que definía en gran parte tu identidad social, el: Soy médico… ingeniero, abogado, empresario, docente o comerciante; para buscar un lugar que nos brinde la seguridad básica del derecho a la vida y a disfrutar de los frutos de nuestro trabajo.

Cuando nos topamos con frases bien intencionadas como la de “tienes que reinventarte…” o nos citan a Facundo “Haz sólo lo que amas y serás feliz”, pues puede que al principio se nos retuerzan las tripas con la incertidumbre, el dolor y la rabia por haber tenido que abandonar lo que amábamos, en muchos casos para comenzar con labores manuales agotadoras y repetitivas, pero que garanticen el sustento en una nueva tierra.

Por supuesto que podemos hacer muecas de incredulidad con las frases de Facundo, pero estaríamos obviando al hombre que las dice desde la sabiduría que destilan sus cicatrices. El filósofo trovador vio morir de hambre a hermanos, aprendió a leer a los 14 años en detención juvenil y conoció de Dios de labios de un mendigo. En el mismo texto en el que habla de hacer lo que se ama, dice también: “Entonces, habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible, sin esfuerzos, porque te mueve la fuerza natural de la vida. La que me levantó, cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija. La que me mantuvo vivo, cuando los médicos me diagnosticaban, 3 o 4 meses de vida”.

Es esa fuerza vital, esa magia que yo llamo pasión y que es la que inflama la creatividad, la que debe pasar a través de tus manos, tu mente y ser tu trabajo.

¿Reinventarse? ¿Encontrar tu pasión a través de nuevas formas de trabajar y autodefinirte?

Es un acto de osadía y una exploración personal. Mas allá del éxito expresado en dinero o reconocimiento, se trata del mágico camino de ladrillos amarillo que siguió Dorothy, luego de que su mundo volara en un tornado; sólo para descubrir desde las imaginarias carencias de sus personajes, que el valor del león, la inteligencia del espantapájaros y el corazón del hombre de lata, eran sus propios recursos internos y que la magia siempre estuvo en ella para poder regresar a su hogar… o crear uno nuevo.

Tibaire Cristina González

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