Psicoterapia en línea Dra. Tibaire Gonzalez

Debido a películas como “El Secreto” con su planteamiento de la Ley de la Atracción o a los aportes de disciplinas médicas que exploran la conexión mente cuerpo, cada vez es más frecuente escuchar que alguien lanza esa frase lapidaria de “Tú lo creaste”. No se trata de que sea o no cierto que somos los creadores de nuestra realidad, sino del tono crítico o acusatorio de esa frase, que se descarga con ligereza sobre alguien que tal vez está pasando por una situación difícil. Piensa en alguien que esté afrontando un diagnóstico de Cáncer, o tal vez alguien que ve su empresa súbitamente en quiebra, o que ha perdido un hijo en un accidente. Imaginas cómo se sentiría en una situación así y, que además le digan además “Tú creaste esa experiencia, tú la atrajiste”. Sí, es absolutamente cierto que somos creadores, el problema es que no somos conscientes del nivel desde el cual estamos creando. Usualmente queremos conscientemente construir cierto tipo de experiencias satisfacto

Si mi alma se expresara plenamente… ¿Qué historia se atrevería a contar? Sin duda y con una sonrisa… Te susurraría sobre el amor. Nada he aprendido en el arte de chamana del alma que no tenga que ver con el amor. En noches de insomnio, me despiertan imágenes que quisiera traducir a humano lenguaje. No  se gestan Universos si el amor se ausenta No habría un orden en tu cuerpo si no te amas No manifestarías ninguna creación si tu pasión no agitara la danzante energía No se construye un barco del alma si el amor no gesta y contiene a un ser. Te invita como cálido océano de vida y luego te expulsa hacia la experiencia. Todo el viaje es solo un juego al escondite para que te encuentres a ti mismo  y descubras la inicial melodía con tu aroma a Dios. Sólo el amor puede reencontrarte con ese rastro. Tibaire G. L.

Hay demasiado ruido mental alrededor presionando para que “quieras” cosas que “deberías querer”: Bienes, fama, abundancia, reconocimiento, vivir aquí o allá, tener esto o aquello, comportarte de algún modo para sentirte exitoso, bueno, merecedor o en algún camino de iluminación. Nadamos en una marejada de desarrollo personal, en la que podemos encontrar maravillosas herramientas y la sabiduría que muchos seres comparten generosamente de sus propios caminos recorridos. Pareciera una colmena que se desborda a través de consejos, sugerencias, talleres, libros, coaching, terapeutas, líderes espirituales, amigos o redes sociales. Sin embargo, siento que corremos el riesgo de perdernos en un laberinto de consejos bien intencionados, pero muchas veces acompañados de expectativas de que seamos una imagen específica de lo que otros consideran éxito, maestría o felicidad. La presión por alcanzar lo que se supone que “deberías querer” te va desconectando de tu íntimo deseo. Dejo a la Men

No mas aguas tibias de orillas cercanas y cómodo fondo. No mas ahogados o tristes marinos sin brújula. No mas   pretender que camino simplemente en dos pies. No mas piernas heridas de desdén a mi cola de pez. No mas sostener almas naufragas en tormentas de vida.   Una última mirada para honrar el viaje y despedirme, antes de dar un paso y dejarme caer de vuelta al mar, dejando atrás limitaciones que cercaron mi piel. Exploradora de océanos místicos,   libero al fin mi voz cautiva, entonando el cántico mágico que convoca al amor.   Si no eres capaz de bucear en azules profundos, no mires mis verdes antiguos. Si no conoces del ritual de la Magia Mayor, no te atrevas a pretenderte marino de profundidades.   Honro mi naturaleza y no acompaño naufragios. Prefiero soledades oceánicas con delfines a miradas ausentes de marinos perdidos. Prefiero cantos de ballenas en