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Mostrando entradas de 2013

Dependencia emocional... y la Navidad

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¿Por qué hablar de dependencia emocional justamente en Navidad? Y ¿qué es la dependencia emocional? Trataremos de enlazar dos temas que parecen incongruentes. La dependencia emocional es un estado afectivo que conduce a una persona a hacer cualquier cosa para evitar el abandono. Seguramente conoces alguna historia sobre alguien (o lo has vivido personalmente) que sufre o acepta humillaciones, maltrato, desamor o deslealtad de su pareja, pero insiste en mendigar el amor del otro, como si realmente no pudiera vivir si le faltara. La amenaza de separación se vive como una tragedia insoportable, se lucha por recuperar la relación, se suplica o se acepta una y otra vez un regreso a la misma relación insatisfactoria, por mantener el ideal de continuidad de la relación. Son muchas las razones detrás de la dependencia emocional. En la infancia se gesta la seguridad fundamental de ser digno de amor en la relación con los padres. Si el niño se ha sentido excesivamente exigido, critic

Navegantes de vida

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Extraño camino elegimos,   vestidos de sanadores transitamos el sueño denso de este plano y como chamanes futuristas intentamos conjurar el dolor y la muerte con modernos artilugios y rituales.   ¿Por qué conquista nuestros instantes este deseo? ¿Contra qué fantasmas y dolores antiguos nos batimos a diario en renovado duelo?     Ante la enormidad de pérdidas y lágrimas no disminuye nuestro asombro, al revivir la magia de un alivio o una sonrisa; fuego vital que con mil rostros nos recuerda como arde y fluye en eterno manantial la vida.   La mirada indagadora se sumerge, traspasando imágenes de chamanes y guerreros, cada vez mas profundo…   hasta encontrarnos ancestrales marinos, curtidos de viejas heridas y abismales soledades.     Con humildad reconocemos el propio dolor y   la infantil pequeñez de nuestra necesidad, para extraer la fuerza y la razón que nos impulsa a surcar los int

Testamento

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Si hoy escribiera mi testamento, ¿qué legado entregaría? Tal vez dejaría mil veladas   silenciosas entre el papel y mi anhelo. Otras tantas cenas entre el sol candente que me exige escribir y la vida irresistible en su empuje.   Dioses antiguos conocen mis cantos, sendas innumerables he recorrido en mi búsqueda, osada a menudo, temerosa a veces, pero siempre indetenible. Nadie ose decir que mis ecos se ahogan apresados en el silencio.   Al principio cuando inicié este viaje sin fin, caminé las rudas veredas de Tierras Altas, encendiendo hogueras rituales que marcarían mi camino de regreso.   Tantos soles se han puesto sobre mis rostros cambiantes y un solo deseo guiando mis pasos.     Amado, he venido por ti a través del tiempo. He abierto surcos en la tierra fértil para que broten mis señales. He aprendido lenguajes diversos, he da

¿Estás enamorado de ti?

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Un título que te invita a pensar… ¿Yo me amo? Y si lo hiciera, ¿Eso sería egoísta? Y mejor aún... ¿Cómo es eso de estar enamorado de mi mismo? Nos angustiamos mucho con el asunto de si la pareja nos ama, cuánto durará el amor, que pasaría si dejara de amarnos y esa angustia carga nuestras relaciones de melodrama. En lugar de disfrutar de la experiencia, nos preocupamos por su duración, por asegurarnos de la fidelidad y profundidad de los sentimientos del otro y eso nos lleva a tratar de “proteger” el vínculo con un montón de juegos de control que terminan asfixiando el amor: discusiones, celos, inseguridad, restricciones, juicios imaginarios, limitar la expansión de la pareja, dependencia, etc. Todo eso por el temor a un posible final; pero rara vez nos ocupamos de lo primordial… cultivar la relación con nosotros mismos. Eso nos daría la tranquilidad y la seguridad para disfrutar de una relación, posiblemente mas sana y duradera por la ausencia de esos juegos tóxicos que terminan m

El tobogán de bebé

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Un cuento infantil   Quiero un hermanito, pero mamá no ha podido tener otro bebé. Le pregunté por qué no podía y me contestó muy triste que era porque los bebés no se sujetaban y se volvían a ir. Los padres no saben que cuando dan una respuesta siempre aparece otro montón de preguntas: ¿por qué no se sujetan? ¿de donde tienen que amarrarse? ¿dónde estaban antes de sujetarse? ¿Y cómo hago para que no pueda irse?... Mamá sólo me miraba, pero creo que no sabía que responder. Insistí con una única pregunta: ¿Dónde están los bebés antes de entrar en la barriga? Ella al fin contestó: -Están del otro lado, como ángeles, muchos desean venir a este lado para poder jugar, comer helados y sentir la brisa en la piel, pero a veces dudan y no se atreven a cruzar hacia este lado. -Ah! Esa si era una respuesta comprensible. Entonces los bebés están flotando del otro lado como cometas sin cuerda. Lo que hace falta es hacer un cordón para que pueda amarrarse a la barriga de mamá

B.B. y el náufrago

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¿Podría un morrocoy salvar la vida de un hombre?   Yo estoy segura de que sí es posible.   Mi mamá trabaja en un lugar muy extraño, un hospital para pacientes con enfermedades mentales… ella no quiere que diga que son locos en un manicomio, pero esa es la verdad. No es tan feo como se imaginan porque está repartido por una montaña boscosa y fresca. Los viejos edificios de paredes desconchadas, con   rejas retorcidas y bombillos colgando de cables enredados en tirro; parecían destartalados barcos encallados en esa montaña. Las puertas no estaban muy cerradas, pero al parecer nadie tenía la intención de escaparse de ese triste lugar. Algunas tardes cuando mi mamá estaba de guardia, mi papá me llevaba a visitarla y nos sentábamos en un jardín donde paseaban los pacientes. Allí conocí a Joaquín, un paciente que tenía muchos años viviendo en el hospital. Era un extranjero con los ojos azul clarito, con una larga melena blanca y desordenada que se continuaba con una b

Le entregué todo... y no sirvió de nada

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¿Cuántas veces hemos escuchado o dicho frases como estas? “Le di todo de mí y no sirvió de nada”, “le entregué mi vida y para nada”, “si vuelvo a estar con alguien me cuidaré de no dar tanto de mí”. El calificativo de NADA refiriéndonos a una experiencia compartida con otro ser usualmente quiere decir que hubo una separación y al parecer se asume que si termina una relación eso quiere decir fracaso y que no sirvió de nada. El contexto es muy variado para ese pensamiento, desde un corto noviazgo a muchos años de matrimonio. A veces, somos nosotros quienes   nos damos cuenta de que una relación se ha vuelto insana o tóxica, asumimos que no queremos una vida de conflicto o sin reciprocidad en el amor, la fidelidad, el respeto, la autonomía o la expansión personal y decidimos terminar; incluso a pesar de amar aún al otro. Puede ser que la pareja simplemente dejó de amarnos y se enamora de otra persona. Muchas veces una relación se apaga en la rutina, donde descuidamos la pasión, el bu

¿Qué quieren las mujeres?

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Sigmund Freud se preguntaba a los 74 años, luego de una vida tratando de entenderlas ¿qué es lo que quieren las mujeres? Imagino que las respuestas a esta pregunta se multiplican con el paso del tiempo, pero sé con certeza que los hombres siguen atormentados por el desconocimiento de lo que desean y esperan en realidad las mujeres. Creo que sería sensato aclarar primero que ambos géneros sí son DIFERENTES, más allá de lo anatomía. El cerebro del hombre evolucionó en función de ser un cazador y el de la mujer en función de las relaciones. Eso quiere decir que el hombre requería para proveer y proteger su clan, excelentes habilidades visoespaciales para poder poner la lanza en el corazón de la presa, orientarse para no perderse y poner las cosas en compartimientos para no distraerse (para la cacería el silencio y las señas precisas son más eficientes que la comunicación verbal y no se puede estar pensando en la linda cavernícola que dejó en la cueva ante una manada de mamuts). Para
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¿Se puede conservar la individualidad estando en pareja?

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Fotografía de Armando Luigi Muchas parejas abrigan la fantasía inconsciente de que al establecerse juntos de alguna manera se van a fundir en “una sola carne” o un solo ser…   y esta idea mas que romántica es realmente macabra. Podemos soñar con compartir un largo camino juntos, podemos acordar ofrecer fidelidad sexual, emocional y virtual; pero lo que resulta imposible es amalgamarse en un solo ser. Si el otro se convierte en una extensión de mis expectativas, pensamientos, sueños y conductas; pues simplemente será un Yo con Yo , absolutamente carente de la polaridad y curiosidad por conocer lo que el otro percibe, aprende y aporta a la relación. Tal vez brinde una tibia seguridad la fantasía de andar juntos todo el tiempo, conocer cada pensamiento y paso de la pareja, borrar su pasado, limitar las actividades que no son compartidas y espantar los amigos o familiares que no forman parte de ese estrecho círculo de control, pero… la verdad es que eso sólo trae el apagamiento de la
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Còmo mantener el equilibrio en tipos de crisis

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En anteriores artículos hemos comentado que un adulto debe manejar sus emociones, que es normal sentir todo el espectro emocional oscuro como la ira, los celos, la envidia o el miedo, pero tenemos que aprender a lo largo de la vida a controlar su expresión, sea en crisis personales o sociales. Lo primero es reconocer que en el interior de cada uno de nosotros anidan dos potentes fuerzas o tendencias fundamentales: las destructivas del odio y las constructivas del amor. El instinto agresivo tiene biológicamente una función defensiva, pero si no lo reconocemos y aprendemos a controlar su expresión, se puede transformar en una fuerza destructiva que dirigida hacia afuera se expresa como agresión física o verbal, individual o grupal; y si se dirige inconscientemente hacia adentro nos enferma cuerpo y mente. La fuerza del amor en cambio es creativa,   integradora, tiende a conciliar, a mantener la relaciones, a construir unidades cada vez mas complejas; es decir tiende a sostener la