Ser un adulto no apesta

Mi 

Amada hija, hoy cumples 21 años y por fin adquieres todos los derechos y deberes de un adulto en nuestro país adoptivo. Oficialmente estás volando independiente, haciendo tus elecciones y compartiendo el camino en pareja, con todas las maravillas y responsabilidades de la aventura de vivir. Mi experiencia y consejos estarán siempre para ti, pero sólo cuando tú me invites a revisar potenciales que podrías explorar, porque honro tu soberanía para crear tu experiencia de vida.

En tu cumpleaños quisiera regalarte un par de ideas que me han sido útiles en mi propio camino.

Cuídate de las expectativas. Nuestra mente está diseñada para ayudarnos a sobrevivir, pero a menudo nos succiona dentro de un laberinto mental en el que olvidamos que somos seres divinos y soberanos disfrutándonos la experiencia de vivir. Usamos la mente, es un dispositivo a nuestro servicio, pero no es eso lo que somos. Uno de esos programas mentales automáticos son las expectativas. Podemos tener expectativas aprensivas o temerosas sobre el futuro, cuya función es ayudarnos a prepararnos y tomar previsiones; pero cuídate de no atraparte en una revisión circular de posibles escenarios catastróficos. ¿Si te encuentras demasiado preocupada o ansiosa por los posibles escenarios que recorres, esos que usualmente comienzan con la frase Y si pasa… esto o aquello? Detén la pensadera circular de expectativas aprensivas, toma la previsión o conducta que consideres apropiada y regrésate a tu presente. En tu momento presente puedes elegir estar en paz, completa… y, además, ¡es en presente donde puedes actuar! Puedes dar el primer paso en cualquier dirección o sueño que elijas. Confía en ti, harás lo que tengas que hacer cuando llegues a cualquier encrucijada y recuerda que, pase lo que pase… todo está bien. Todo lo que pase o hagas estará bien, claro u oscuro, porque será lo que tu alma decida explorar.

Cuídate también de las expectativas ideales, esas que te dicen que para que califiques algo como “bueno” tiene que parecerse a lo que piensas debería ser o esperabas. La vida es un fluir dinámico y muchas veces pasan cosas inesperadas. Si estás alerta al presente, tal como se presenta, con una actitud flexible y siempre dispuesta a conectar con el mejor potencial o a descubrir qué te estás diciendo a ti misma sobre ti, toda experiencia se transforma en autoconocimiento y sabiduría. Siempre puedes elegir qué hacer, qué límite poner, qué experiencia terminar o simplemente disfrutar lo inesperado. Las expectativas ideales también pueden llenarse de impaciencia, te atrapan en la presión engañosa de que serás mas feliz cuando ocurra esto o aquello que anhelas. La felicidad no es algo externo que alcanzas, es una actitud y una elección que sólo ocurre en el ahora. Puedes tener planes, sueños y proyectos… pero, siempre vive tu presente de la mejor manera posible.

Ahora eres un adulto… eso no quiere decir que renuncies a la ilusión y a la magia. La verdadera realidad está llena de fantasía, sueños, dragones, hadas y unicornios. Como siempre te dije en mis cuentos, la magia mayor es el amor y el poder percibir la magnífica realidad trascendente en cada ser o situación no es cosa de ilusos, sino de sabios. El detalle faltante para entenderlo es que, la magia no está afuera, la magia está dentro de ti, es tu consciencia imaginando y creando nuevos reinos por explorar. No puedes convocar a tu energía para crear si pierdes tu capacidad de imaginar y llenar tu vida de fantasía.

Camila, eres y siempre has sido, el amor mas grande y la experiencia más maravillosa de mi vida. Deseo en tu cumpleaños, que puedas crear cada uno de tus sueños, que las expectativas mentales no te atrapen, que la impaciencia se diluya en el disfrute de cada instante presente y que en tu corazón siempre aniden la fantasía y la magia mayor del amor.

 

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