Perrunos 3 (Junio 2018): “La Vida Sensitiva”

 

Casualmente con varios pacientes esta semana se ha repetido una situación en la que les he preguntado sobre su estado de ánimo o cómo se sienten y sorprendentemente se han quedado sin saber qué responder, o peor aún… me dicen qué tienen que pensarlo. Me pregunto, ¿Cómo vas a pensar sobre cómo te sientes? Puedes contactar con lo que sientes, puedes describirlo o nombrarlo; pero, si necesitas “pensarlo” vas a analizar, juzgar, valorar, discutir, pero no vas a sentir. 

Traté de usar como ejemplo mis paseos con mi perro, para explicarles cómo es darse cuenta y describir lo que se siente, en lugar de pensar sobre eso.

Cada mañana muy temprano saco a mi perro a pasear y siempre es una maravilla descubrir como amanece el lago. Siento el clima de la mañana, sin necesidad del pronóstico en las noticias. Puedo percibir si hay viento rudo que riza el agua, brisa gentil que me acaricia o si todo está inmóvil; veo si el lago es un espejo transparente o está cubierto de niebla… No analizo si es un día positivo o negativo por el pronóstico de lluvia, si es correcto o incorrecto el cuadro del cielo que refleja el agua o cómo se supone que debería verse el paisaje a mi alrededor para calificarlo de hermoso o feo. Sólo tienes que describirte tu lago interno para reconocer cómo te sientes. No tienes que componer ese paisaje, justificarlo, hacerlo “positivo”, ni sentirte temeroso o culpable por lo que sea que se mueve dentro de tu profundidad. Pasear con Aegon me conecta con su necesidad inmediata y con la naturaleza en la que está inmersa su experiencia… tal como es; asimismo he dejado de “pensar” sobre mí, para simplemente tener una apertura sensual, es decir para sentir con todos mis sentidos lo que se despliega dentro y fuera de mí.

He leído tanto sobre vivir en el ahora, que hasta la frase me fastidia, pero ¿Cómo convertir eso de estar en el presente en una experiencia sensual genuina y no en la repetición mental de otra receta de autoayuda? 

No pretendo decir que adoptar a un perro te llevará a la felicidad, llenará cada espacio vacío de amor, ni que te acercará a la iluminación si es lo que buscas. Para comenzar, no creo que la receta de ningún maestro, gurú, terapeuta o coach resolverá tus problemas. Creo que cada camino es tan maravillosamente individual y único, que es casi una falta de respeto sugerir a otro lo que a ti te funcionó. En mi caso personal, soy inmensamente afectuosa, leal, táctil y sensitiva… poder acariciar y cuidar es mi camino para contactar con otro. Mi perrote, simplemente me devolvió a mi naturaleza. Luego de años de psicoanálisis, de experiencias humanas, de búsqueda espiritual, de meditaciones… la sencillez inmediata de sentir la vida, en este momento, pudo al fin invitar a mi alma a la integración final en esta experiencia humana.

Voy al gimnasio en las mañanas para nadar y cada día se vuelve mas intensamente presente mi experiencia en el agua. Le comenté a una amiga que a veces he sentido una especie de experiencia casi mística nadando, un momento en el que me siento en un estado inmensamente amoroso, placentero, incansable, abrazada por el agua… y me respondió muy divertida que simplemente era un orgasmo de endorfinas. Honestamente no sé si eso existe y sonaba mas poético lo de mi experiencia mística… pero, creo que expresa claramente esa sensación de conexión sensitiva conmigo misma y con lo que me rodea.

También el estar en pareja en este estado de sensibilidad lleva el amor a un nivel de profundidad que tal vez todos imaginamos o anhelamos. No se trata de lo que cada uno dice o hace, se trata de la sensibilidad con la que percibes cada toque, cada mirada o cada beso. Si estás atento, sensible ante lo que pasa en ti y en el otro, la comunicación se despliega en múltiples niveles que dejan muy atrás al lenguaje verbal. Puedes sentir lo que tu pareja desea en la intimidad, puedes percibir sin conflictos o dudas sobre su amor, su necesidad de cercanía o de espacio individual.

A lo largo de tantos años de experiencia en consulta he visto muchas personas que tratan de variar los estímulos en su relación sexual para evitar caer en la rutina, sin embargo, muchas veces eso se distorsiona en una especie de adicción a buscar simplemente estímulos cada vez mas intensos o a veces hasta pervirtiendo lo que es el encuentro íntimo de dos seres completos; lo que usualmente lleva a un progresivo atontamiento de la sensibilidad. La verdad es que si tu sensibilidad se intensifica, se abre… cada toque se llena de mayor magia, del descubrimiento de matices y colores que no imaginabas. Aún yaciendo en silencio e inmóvil puedes sentir como un océano de vida fluye a través de ti, acariciando con infinitas corrientes envolventes dos almas en su encuentro.

Sé que a veces da miedo sentir intensamente y con mayor presencia consciente, pues eso te saca del espacio de confort de la mente. Aprendes a percibir cada experiencia con mayor profundidad, a darte cuenta de lo que pasa dentro de ti y a tu alrededor, a disfrutar de la vida y del amor; pero, también te arriesgas a integrar tus heridas viejas o el duelo cuando una experiencia termina. Sin embargo, lo mas importante es la sensibilidad que se despierta ante tu propia Ser.

Te invito a despertar tu sensibilidad simplemente estando presente, percibiendo con todos tus sentidos la maravilla de ser tú en este instante y sintiendo el universo que acaricia tus sentidos.

Tibaire Cristina Gonzalez


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