Las nuevas relaciones
Cuando planteo libertad y
autonomía en una relación pareciera que la emprendiera a martillazos contra
todo lo que la gente considera “romántico”. La idea acaso no es como lograr acoplarnos…hacer
que dure. No, mejor aún… la expectativa es como hacer que el otro se acople a
mi fantasía sobre lo que la relación debería ser y como lograr que mi pareja
sea como considero que debería: ser, hacer, comportarse, contestar, amarrarse,
darme seguridad, etc. Y si se propone algo diferente, pareciera una herejía.
Por supuesto que un terapeuta debe brindar herramientas prácticas para lograr
una comunicación efectiva, formas de negociar los diversos aspectos que
requieren ajustes, formas de expresar gratificación en la relación; pero antes
de trabajar en eso, yo considero que hay que sentar una premisa, un enfoque de
lo que significa estar en pareja y para mí el tema es como mostrar a la persona
que lo fundamental es primero
acoplarse uno con uno mismo, lo primordial es SER UNO para poder funcionar como
DOS… la primera y fundamental relación que hay que trabajar es con uno mismo
y definitivamente esfumar esa macabra fantasía de medias naranjas o almas
gemelas en el viejo estilo, donde el otro me va a completar, llenar y hacer feliz..
Nos
adentramos en un nuevo paradigma de pareja que realmente no admite definición.
Cómo podríamos limitar un proceso fundamentado en la expansión del Ser,
comenzando por definir su forma y expresión? Como diría mi admirado Facundo
Cabral: “Escribo para seguir la huellas del que voy siendo”. Las nuevas
relaciones están “siendo” en la medida de que cada uno de nosotros está siendo
cada vez mas genuino, yo soy yo porque me voy conociendo… como definir entonces
las relaciones con los otros.
Actualmente nadie
puede decirles la relación de pareja “debe ser” de una forma en particular, el
rol de cada miembro debe ser este o aquel, simplemente porque nos adentramos en
un territorio donde todo es nuevo, donde lo fundamental es el derecho de cada uno
a Ser plenamente, en libertad y absoluto respeto a su individualidad. Ya no
podemos contar con el guión patriarcal que había prevalecido en los últimos
miles de años, simplemente porque no es sostenible la sumisión de otro ser
humano por tener cuerpo de mujer. Hoy día en la mayoría de los países la
mujer cuenta con los mismos derechos
legales de un hombre, puede estudiar y acceder al mercado de trabajo y cada vez
es menos diferenciada en cuanto a privilegios la crianza de los hijos según su
sexo. La autonomía económica y la igualdad de derechos no permite sostener la
imagen de “la mujer sujeta”, sumisa y como simple extensión de los deseos de un
hombre. Asimismo el hombre se libera poco a poco de la carga de ser el
responsable de la vida de otro ser humano y de la limitación para explorar su
sensibilidad y su ternura; se libera del peso de tener que adoptar a otro ser
humano al cual debe proveer, poseer y dirigir, para adentrarse en una relación
de mutuo respeto y apoyo. Se libera del miedo a la mujer, del miedo a su
sexualidad y de su autonomía, para poder amarla realmente.
Nos mudamos de un modelo de
relación que se ha definido en términos de posesión, control, exclusividad,
heterosexualidad, y de compromiso eterno hacia un territorio donde lo
importante es el deseo de compartir con otro ser humano. No importa el sexo,
raza, edad ni un contrato que garantice la continuidad, ya que solo se trata de
la elección de compartir una experiencia de amor y expansión personal con otro
ser humano. Usualmente cuando estos ingredientes están presentes una relación tiende
a perdurar de una forma sana, llena de alegría, espontaneidad, satisfacción mutua
y crecimiento compartido.
Dra. Tibaire Gonzàlez
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