¿Qué quieren las mujeres?
Sigmund
Freud se preguntaba a los 74 años, luego de una vida tratando de entenderlas
¿qué es lo que quieren las mujeres? Imagino que las respuestas a esta pregunta
se multiplican con el paso del tiempo, pero sé con certeza que los hombres
siguen atormentados por el desconocimiento de lo que desean y esperan en
realidad las mujeres. Creo que sería sensato aclarar primero que ambos géneros
sí son DIFERENTES, más allá de lo anatomía. El cerebro del hombre evolucionó en
función de ser un cazador y el de la mujer en función de las relaciones. Eso
quiere decir que el hombre requería para proveer y proteger su clan, excelentes
habilidades visoespaciales para poder poner la lanza en el corazón de la presa,
orientarse para no perderse y poner las cosas en compartimientos para no
distraerse (para la cacería el silencio y las señas precisas son más eficientes
que la comunicación verbal y no se puede estar pensando en la linda cavernícola
que dejó en la cueva ante una manada de mamuts). Para la mujer era
supervivencia mantener una red de relaciones: pertenecer a un clan, cuidar los
hijos, hacer equipo con otras mujeres para apoyarse entre sí, conciliar y
protegerse de un cavernícola irritado. Por esta razón su cerebro tiene
amplísimas autopistas por las que maneja simultáneamente todos los aspectos que
tienen que ver con pareja, hijos, familia, trabajo, cuidado del hogar y la
comunicación. Las mujeres sueñan con un hombre que sea buen cazador, seguro,
sereno, protector, fiel y que además… ame como ama una mujer. Por supuesto que
eso no es muy lógico, pero esa expectativa trae muchos desencuentros. Las
mujeres deben comprender que los hombres tienen una habilidad más limitada de
lo que esperan para la comunicación en estilo femenino, ya saben… hablar
circularmente dando incontables giros sobre los matices emocionales de una
situación, sin el menor deseo de que otro se atreva a dar soluciones prácticas
sin primero entender su necesidad de ser escuchada. Los hombres están menos
dotados biológicamente de la empatía, intuición y telepatía que caracteriza a
las mujeres. Si no le explicas con claridad y precisión lo que esperabas o te
molestó no podrá adivinarlo nunca, así que las caras de “si me amaras sabrías
por qué estoy molesta” son una pérdida de tiempo. Por supuesto que los hombres
están cambiando, para nada son básicos o analfabetas emocionales, simplemente
su forma de expresión y manejar emociones es algo diferente y debemos aprender
a comunicarnos en ambos dialectos el femenino y el masculino.
Soy una persona práctica así que quisiera
compartir algunos tips con el género masculino para facilitarles el asunto de
entender a las mujeres. Las mujeres
quieren sentirse deseadas, así que no olvides utilizar palabras que
expresen que la consideras atractiva y disfrutas de su presencia, su olor, su
tacto. Antes de salir no olvides compartir un café, una sonrisa y una caricia,
porque ese es el preámbulo al buen sexo en la noche. Cuando se encuentren al
final de la jornada de trabajo, igual sonríe y abraza. El cerebro femenino está
diseñado para captar y amplificar todos los matices de tonos verbales y gestos,
por eso una cara larga y amargada es una señal de alarma y de falta de amor por
ella. Caricia y conversación es el secreto con las mujeres, ambas
conductas aumentan los niveles de oxitocina en el cerebro. Esa neuro hormona
mágica proporciona el placer y la calma necesaria para que bajen la guardia, se
abran al amor y el encuentro íntimo. Casi lo olvido! el buen humor es el
otro ingrediente mágico, si no se puede reír con la pareja tampoco será posible
hacer el amor. Las mujeres no desean un preámbulo sexual de dos besos cortos y
un manoseo instantáneo (no son aparatos automáticos o digitales). Para la mujer
el estar relajada, sentirse amada, deseada y con tiempo suficiente para ser
acariciada de la cabeza a los pies (o a la inversa) la dispone para abandonarse
a la experiencia amorosa en entrega total.
Tibaire González
Excelente.Gracias.
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