La vida en cajitas
¿Alguna vez has
experimentado una situación en la que te sintieras ahogado en una marea de
tristeza, rabia o frustración tan intensa, que llegaras a fantasear con la idea
de morir o escapar mágicamente de una situación, trabajo o relación para irte a
algún lugar donde nadie te conozca? Probablemente todos hemos tenido momentos así,
en los que nos gustaría desaparecer del mapa de algún modo. No importa la gravedad
real u objetiva de lo que halla pasado, se trata de lo que sentimos y que
ensombrece todo por unos momentos que parecen interminables.
No razonamos mucho en
el momento de una tormenta emocional, por eso lo mejor que podemos hacer es
contenernos y esperar que pase… sin hacer, decir, ni decidir nada.
Mi sugerencia es esperar hasta que se calmen las aguas emocionales y luego
tratar de revisar en cajitas ordenadas los diversos aspectos de nuestra vida o lo
que percibimos de otras personas y situaciones externas. Si te permites generalizar
un problema a todo el cuadro de tu vida estarás distorsionando tu percepción,
al tomar un pedacito por el todo.
Es importante permitirnos el tiempo y espacio necesarios
para sentir nuestras emociones, en el que
podamos reconocerlas y expresarlas en privado, con los más
coloridos términos o improperios, llorar, protestar y patalear. Pero, siempre
evita descargar la emoción sin control maltratando o ensuciando el espacio de
otros. Después de la tormenta, tenemos que levantarnos del cuadrito negro y
parcial donde nos atrapamos, para poder percibir todo el tablero de forma
integrada y elegir apropiadamente nuestros siguientes pasos.
Trata de precisar la
causa de tu malestar evitando generalizaciones como: todo, nada, nunca,
siempre, jamás, etc. Porque son distorsiones y no necesitas entrar en un drama
de víctima. Si es la cajita del trabajo y tuviste un problema con alguien, te
criticaron, te despidieron o lo que sea... se queda en ese apartado; no es toda
tu vida, ni siquiera es toda tu historia laboral y no eres tú como persona. Además,
lo ubicas temporalmente; que algo no salga bien en un momento, no quiere decir
que todo ha sido malo en el pasado. Si ubicas un tropiezo en el contexto de tu
vida… es mas difícil ahogarse en un pequeño pozo puntual.
Puede ser algo
engañoso el juego de las cajitas. A veces estamos llorando por lo que pasa en
una de ellas, sin darnos cuenta de que el llanto es por otra que no nos hemos
permitimos abrir para revisar su contenido. A veces un aspecto de nuestra vida
se agiganta y nos demanda mas y mas tiempo, para evitar que contactemos con
otras heridas o cajitas con vacíos. Puede ser una actividad laboral frenética,
que nos evita revisar aspectos internos, de pareja o de sueños personales que
olvidamos en algún rincón. Por eso necesitamos tiempo de introspección para sentarnos
a revisar cada cajita. Podemos encontrarnos con fotos viejas del pasado, sueños
olvidados, o expectativas sobre el futuro que ya no aplican… y así vamos
revisando cómo está cada aspecto de nuestra vida: nuestra relación con nuestro
cuerpo, el aspecto social, lo trascendente, sentido de vida, gozo, sensualidad,
creatividad o abundancia. Solo si identificamos la cajita que nos demanda atención,
podemos plantearnos estrategias para hacernos cargo y atrevernos a dar el
primer paso en la dirección que elegimos.
Tibaire Cristina González
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