Tu pareja ¿Es un Gatuno o un Perruno?
Recientemente atendí
en consulta a un caballero mortificado por la duda de mudarse o no con su
pareja. Me decía: "Yo la amo, ella es cariñosa, me atiende... me torcí el
pie y ella viene en las mañanas a darme un masaje. Me gusta un masaje en los
pies... pero si lo quiere hacer todos los días me asusta. El fin de semana ella
quiere que pasemos tooodo el día juntos, ni siquiera quiere que me pare de la
cama si me despierto antes y si lo hago ella se levanta con sueño y se sienta a
mi lado mientras leo periódico. Si le digo que eso me asfixia, ella entiende
que no la amo. ¿Qué hago?"
Para hacerlo sencillo
le expliqué que yo divido a las personas (hombres y mujeres) en dos grupos: los
perrunos y los gatunos, que él era un gatuno y que sólo tenía que explicarle a
su novia como funciona un gato.
Los gatunos, disfrutan
de su espacio, son reservados, les gusta que les den cariño o cuidados cuando
ellos quieren acercarse, pero no que se lo ofrezcan o se lo demanden con
regularidad o insistencia. Son misteriosos por naturaleza, aunque no estén
haciendo nada malo, simplemente andan en sus cosas gatunas, ya saben,
encaramados en los techos, acercándose sigilosamente para sorprenderte y sin
ganas de que les invadas su espacio o les preguntes qué hacen por los tejados.
Desconfiados siempre, cariñosos cuando les provoca; cuando les parece, te
pueden obsequiar generosamente con su cacería. Los perrunos, en cambio, son
establemente leales, confiados, generosos, abiertos, familiares, gregarios,
sociales, afectivos, constantes en la expresión práctica de su amor, confiables
y en algunos hasta patológicamente fieles. No puedes sacar a pasear a un gato
con correa, ni puedes esperar que salte a saludarte cariñosamente cuando
llegas, ni forzarlo a que se quede contigo viendo TV en la sala todo un
domingo. A un perruno, en cambio, le encanta andar con todo el grupo familiar,
reunir a los amigos en casa, agradece los constantes cariñitos y cuidados
domésticos y te sigue por toda la cosa porque disfruta de la presencia cercana
de los que ama. Simplemente son dos estilos de vivir, ninguno es mejor que
otro, lo importante es saber si tienes un gato para que no le pidas que ladre o
un perro para que no lo pongas ronronear.
Jajaja, muy cierto! Dios la bendiga Dra, siempre tan acertada!
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